martes, 9 de octubre de 2018

Iwan Baan: el rock star de la fotografía de arquitectura


Quienes trabajamos en arquitectura, diseño y disciplinas afines sabemos de la importancia del registro gráfico de los trabajos: los propios como antecedentes o referencias y con los ajenos, que se valoran completamente distinto según el lente y criterio de quien los registre.
Lo vivimos a diario, desde la publicidad en distintos formatos, a documentos o las noticias: los fotógrafos son los encargados de establecer el modo en como se difunden a través de la historia los hechos, la gente, los edificios, etc.
Iwan Baan muestra no sólo como son los edificios sino también como funcionan, y lo hace introduciendo todo lo que molesta a los arquitectos habitualmente en las fotos: los contrastes con la pobreza cercana, cochecitos de bebes , autos, gente , luz difusa, y demás “inconveniencias” que son habituales fuera de los renders. El ojo habilidoso y certero aporta otras lecturas o miradas al objetivo, contextualiza las obras y muestra como viven o usan los espacios los usuarios lo cual lo despega del formato habitual vacío de la fotografía de arquitectura.
De hecho su trabajo se puede rotular como polisémico, y se compara muchas veces
 al de Diane Arbus









Su nombre era habitual en publicaciones de arquitectura pero tomó relevancia con una imponente carátula de la revista New York en ocasión de un registro del mega blackout que as
oló Manhattan durante el Huracán Sandy, hace unos años y que le valió el premio Julius Schulman (uno de los fotógrafos más relevantes de arquitectura del siglo XX) De hecho Baan es el Schulman de la era de internet: en los próximos 40 años cuando se analice la arquitectura mundial sera seguramente a través de los ojos de Iwan Baan.











En su agenda abundan servicios de charters de helicpteros y avionetas de varias ciudades del mundo, desde los cuales fotografía los edificios más impactantes por su arquitectura pero también los contextualiza: un teatro desde la mirada de los bailarines, un estadio desde la casa humilde de en frente, un desarrollo inmobiliario desde la naturaleza virgen previa, lo cual diferencia su resultado de los renders habituales previos de los estudios profesionales.
Arquitectos de primera línea confían en sus servicios el registro de su trabajo: asi lo describe por ejemplo Steven Holl:
“Iwan es de los fotógrafos que siempre están volando y buscando los proyectos más interesantes, para fotografiarlos de las formas más extrañas e increíbles. Él pone en primer plano la vida y las personas que habitan la arquitectura, a veces, de manera sorprendente y con humor. Su trabajo es siempre inspirador y su dedicación es un ejemplo para las nuevas generaciones”.
Holandés, nacido en 1975 se dedicó al periodismo documental y no entendía nada de arquitectura hasta que en el 2005 ofreció al estudio de Rem Koolhaas por entonces construyendo el edificio de la televisión china CCTV registrar la obra, y para optimizar el viaje, hizo otro tanto con Herzog y de Meuron, que proyectaban iniciar el estadio de Beijing. Desde allí, se especializó y recorre el mundo trabajando para los mayores estudios y empresas vinculadas a desarrollos diferentes.


Le interesaba no el edificio puro sino los contrastes de tecnologías ultra de vanguardia con procesos y gente muy tradicional, el contexto antiguo versus las líneas puras de la arquitectura moderna, y ése es precisamente su diferencial, esas historias atrapadas en tomas que dicen mucho más que su estética. “Los arquitectos están obsesionados con los edificios y yo con el entorno: de algún modo nos encontramos en el medio”

Otra virtud de esta mirada es la de no importarle la arquitectura certificada Leed platinum y esas verduras sino la que hace una diferencia en sus entornos y la gente que los habita,  sabe diferenciarlos desde el vamos, y en función de eso los acepta o no. Va por el mundo (literalmente, desde hace 3 años vive en aviones, casi sin hogar) con una cámara digital sin mucho aspavientos, ni asistentes ni producciones especiales, así la gente casi no se da cuenta de su presencia y todo fluye. Cuando ponés un trípode ya se elimina esa magia.

El proyecto de la Torre David en Caracas, es otro de su sus trabajos documentales; un edificio construido como corporativo, que luego de la muerte de su desarrollador y de la crisis de Venezuela del 94 quedó abandonado y posteriormente ocupado por familias que lo hicieron suyo.

Para el 50 aniversario de Brasilia, participó en el lanzamiento de un libro que muestra cómo se vive y ocupa esa arquitectura 50 años después..todo un elocuente y gráfico análisis de la situación.






















Fotos todas de iwan.com